Busso: «Esta baja de retenciones no se hace por la convicción de que son un mal impuesto, sino con fines electorales y de dólares»

El ministro de Bioagroindustria de Córdoba, Sergio Busso, cuestionó el modo en que se tomó la decisión de eliminar momentáneamente las retenciones por parte del Gobierno de Javier Milei. «Conceptualmente nosotros siempre estamos a favor de bajar las retenciones. Lo que pasa es que siempre planteamos cosas razonables, serias, con un horizonte claro. La propuesta de nuestro candidato Juan Schiaretti es eliminarlas en un plazo de dos años y planteando además cómo compensar ese recurso que el Estado ya no va a tener», planteó Busso.
Y luego agregó: «Eso nos valió, del propio Presidente, que nos calificara de irresponsables por decir estas cosas. Pero inmediatamente anuncia una eliminación por 30 días, y con eso pasamos de la timba financiera a la timba productiva porque al productor le puede servir, pero el 1 de noviembre volvemos atrás. No terminan siendo decisiones sanas porque pensemos en los que vendieron todo antes de esta fecha y se sienten perjudicados o no beneficiados; o el que guardó una parte de su cosecha, no por especulación sino porque la escalona de acuerdo a sus compromisos. Y pensando hacia adelante, el que siembra ahora va a tener las alícuotas anteriores cuando coseche. La verdad es que volvemos a lo que pasó con Massa y su plan platita; creando una ventana para que el productor liquide y generar los dólares que se necesitan para salir de una situación complicada. Esto no se hace por convicción, por considerar que las retenciones son un mal impuesto que hay que eliminar; sino que las ponen o sacan de acuerdo a las urgencias», fustigó Busso.
Por último, el ministro cordobés destacó que «hay un hecho incontrastable, que es la fecha de vencimiento de la medida que es puramente electoral porque vence el 31 de octubre, apenas pasan las elecciones. Estas cosas no sirven para pensar en un país en serio; a alguno le puede servir de manera coyuntural, pero así no vamos a lograr un proyecto serio de país. Muchas veces se dice que antes se improvisaba, no había reglas de juego claras, previsibles, y hoy vemos lo mismo. Se dice una cosa y se hace otra».