El nuevo proyecto de biocombustibles: el corte pasaría del 12% al 15% de una sola vez

Un nuevo proyecto de ley de biocombustibles comenzó a transitar los pasillos del Congreso de la Nación, esta vez, en la Comisión de Energía del Senado, con la intención de avanzar para escalar en el uso de etanol y biodiésel en naftas y gasoil respectivamente. No es nueva la intención, y de hecho durante la pandemia estuvo en discusión una propuesta que finalmente perdió ante una iniciativa del oficialismo de aquel entonces y que terminó con cuatro años de pérdida de oportunidad. No hubo incentivos, la participación del combustible renovable se mantuvo sin cambios y finalmente el sector transitó una meseta sin mayores logros. Sin embargo, mantuvo algún ritmo de inversión, siempre pensando que posiblemente haya una oportunidad de avanzar en el horizonte cercano. Eso es lo que creen que ocurre ahora y por eso aceleraron en el Senado con la propuesta sostenida por la Liga de Provincias Bioenergéticas que conforman 9 distritos, entre ellos Córdoba.
Jorge Feijóo, que preside el potente Centro Azucarero Argentino, que reúne a los ingenios del norte del país y que a partir de la caña de azúcar elaboran etanol, contó las características centrales de la propuesta legislativa: «Es un proyecto de la Liga de Provincias Bioenergéticas entre las que hay 9 jurisdicciones que producen biocombustibles. Pero además, las bases de la propuesta estuvieron puestas por el Ejecutivo en la Ley Bases; y el secretario de Energía de aquel momento, Eduardo Rodríguez Chirillo, las presentó en el Congreso. Entonces, es básicamente ese proyecto, incluso al que se le quitaron aspiraciones del sector de los biocombustibles precisamente para lograr mayor acuerdo con todos los sectores intervinientes. Es un proyecto que hace un cambio muy importante desde el punto de vista de la estructura normativa que tenemos hoy. Reemplaza el cupo por empresas y el precio oficial por un mecanismo de licitaciones por volumen y por precio. Y el precio cuenta además con un tope en la paridad de importación del bioetanol», explicó el empresario tucumano.
«Por eso se trata de un esquema mucho más abierto, más competitivo y plantea dos cosas muy importantes para el etanol: un salto al 15% de corte pasados los 6 meses de aprobada la ley (hoy el 12% de un litro de nafta es etanol), y mantener la segmentación del 6% para cada uno de los orígenes del etanol, es decir, para el de caña de azúcar y el de maíz, en el primer 12%. A partir de ahí, hacia arriba, todos los cortes obligatorios que se den en el futuro, irán a un mercado libre», detalló Feijóo.
Otro aspecto que establece el proyecto «es que habilita a las provincias el uso intensivo en cortes obligatorios superiores. Es el caso que tiene Córdoba para su flota de vehículos con el 17% de etanol en las naftas. Eso se podría generalizar a todo el parque automotor de esa provincia que tenga producción de biocombustibles. Sería muy bueno desde el punto del aprovechamiento de la industria local, del agregado de valor a las materias primas locales», señaló el representante de los ingenios azucareros.
Y agregó: «Un tercer aspecto es que habilita la participación de las petroleras en la producción de los biocombustibles a partir del 15%, y esto es muy importante porque todos tenemos que estar comprometidos en la descarbonización de las energías».
Para Feijóo, «es un proyecto muy superador al que tenemos actualmente, amplía el horizonte de producción y uso de los biocombustibles, y por eso el sector del bioetanol, que es uno y está unido, más allá que se produzca con caña de azúcar o maíz, está plenamente de acuerdo con este proyecto».
Finalmente, destacó: «Ese 3% adicional que se sumaría en los 6 meses posteriores a la aprobación de la ley, la industria ya está en condiciones de cubrirlo. Incluso originalmente el proyecto establecía un escalamiento más modesto del 1% por cada escalón, de forma que pasaba del 12% al 13% y luego la 14% y así. Pero la capacidad instalada ya está en condiciones de cubrir el 15%, y además está en línea con lo planteado por las terminales automotrices, que prefieren un solo salto y no saltos progresivos».





