Tras un escaneo de antecedentes, la Provincia designó al nuevo director de la Caminera

Luego de la intempestiva salida del exdirector de la Policía Caminera, Maximiliano Ochoa Roldán, investigado por asociación ilícita, la Provincia apuró la designación de su reemplazante para intentar dejar rápidamente atrás el nuevo hecho de sospecha de corrupción en un integrante de la conducción de las fuerzas de seguridad cordobesas. Ayer, el ministro Juan Pablo Quinteros, que recibe los dardos de la oposición y hasta reclamos de renuncia desde las filas del radicalismo y el juecismo -al que perteneció en toda su primera etapa de vida política-, fue el encargado de anunciar al nuevo director de la Policía Caminera, que a menudo es cuestionada por los viajeros de otras provincias que en redes se quejan por las multas que se aplican dentro del territorio cordobés. El nuevo responsable de ese cuerpo es el comisario general Santiago Daniel Bolloli.
Pero con el antecedente de Ochoa Roldán hubo un dato que el ministro Quinteros se encargó de remarcar durante el anuncio y es que Bolloli debió pasar por un exhaustivo escaner de antecedentes antes de ser designado al frente de la Caminera. En ese sentido, desde la Provincia se aclaró que «previo a su designación, desde el Ministerio de Seguridad se solicitó al Tribunal de Conducta Policial y Penitenciario (MPF), a la Dirección General de Control e Investigaciones de la Policía de Córdoba y a la Secretaría Penal del Tribunal Superior de Justicia, informes relativos a antecedentes administrativos, investigaciones disciplinarias por faltas graves, gravísimas o pasibles de destitución, y de participación en causas penales activas, las cuales el comisario general designado no registra en ninguno de los casos anteriores», en una particular redacción que buscó contrastar la figura del flamante director con la de su antecesor.

Según se detalla en los legajos de la Policía, Bolloli se desempeñó hasta ahora como director general de Gestión Administrativa, área que tiene como misión dirigir, organizar, coordinar, planificar y auditar las acciones administrativas y logísticas necesarias de las distintas dependencias.
Previo a esa función estuvo a cargo de la dirección base Planificación de la Policía. Era el encargado del diseño estratégico de los operativos más grandes de seguridad en la capital provincial.